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Rete nazionale Noi Restiamo
Noi Restiamo es una organización nacional de estudiantes y trabajadores jóvenes
Lo que publicamos es el llamamiento a una asamblea nacional de construcción de la organización juvenil comunista en Italia.
Una perspectiva juvenil comunista contra la crisis de civilización del capitalismo
Hace siete años, en Bolonia, tras las barricadas de la ocupación de viviendas de Via Irnerio 13, iniciamos nuestro camino con una consigna clara: nos quedamos [Noi Restiamo]. Una declaración de intenciones en abierta oposición al proceso de emigración forzosa impuesto a nuestra generación.
Lo que se describió como una libre elección individual, el cuento de hadas de la generación Erasmus, fue en realidad una verdadera fuga de mano de obra, cualificada y no, de jóvenes víctimas de la reorganización macrorregional del mercado laboral, acelerada por la crisis económica de 2008, necesaria para que la Unión Europea compita en un escenario de choque, cada vez menos latente, entre bloques macroimperialistas o aspirantes a imperialistas.
Hoy, aprovechando el impulso de la crisis pandémica, la Unión Europea intenta aprovechar la oportunidad para relanzar el proceso de construcción de su propio polo imperialista.
Este “salto cualitativo” se traducirá en un empeoramiento generalizado de las condiciones de vida de gran parte de las clases subalternas tanto dentro de sus fronteras (con especial ferocidad en los países periféricos) como fuera (en las zonas sobre las que la UE proyecta sus intereses expansionistas)
Pero la crisis sistémica que atenaza al modo de producción capitalista, tanto en nuestro continente como en el resto de los países con capitalismo avanzado, pone en evidencia de manera cada vez más cruenta los límites históricos de un modelo social cuya única perspectiva de desarrollo se basa en el retroceso de la condición material, social y cultural del conjunto de la Humanidad. Este carácter regresivo afectará con creciente violencia a las jóvenes generaciones, hipotecando su futuro y haciendo aflorar cada vez más la contradicción entre las expectativas con las que somos educados y una realidad hecha de precariedad y miseria.
El tan cacareado futuro magnífico del capitalismo resulta ser una mentira, sobre todo en detrimento de las jóvenes generaciones oprimidas por un modelo de desarrollo letal para el medio ambiente, en el que el progreso tecnológico y la digitalización no son instrumentos de emancipación sino que, por el contrario, hacen a los trabajadores cada vez más superfluos y chantajeables, un modelo en el que la educación se pliega al mercado de trabajo y se polariza en una educación de primera para las élites y de segunda para todos los demás.
Nos vemos obligados a vivir en una sociedad podrida en la que el malestar social se reprime con la porra o se dirige hacia abajo, en la guerra entre los pobres, difundiendo ideologías clasistas, racistas, sexistas y xenófobas. Pero no sólo eso, la competencia elevada a valor absoluto ha producido la fragmentación al introyectar en los individuos la responsabilidad del fracaso de un sistema y desarrollar lógicas individualistas que ahora han ahondado en una crisis de civilización que emergió con fuerza en los momentos más dramáticos de la pandemia, demostrando así la barbarie en la que hemos caído.
Las contradicciones que están surgiendo en el actual modelo de desarrollo dominante son sistémicas, y es necesario responder a nivel sistémico. Sentimos en nuestra piel la necesidad histórica de la ruptura del actual orden social y la construcción de una perspectiva general alternativa que para nosotros los jóvenes no puede ser otra que la comunista.
Conscientes de nuestra no autosuficiencia, hemos trabajado desde el principio con el objetivo de fortalecer un movimiento de clase en nuestro país. Partiendo de la estrecha relación con la Rete dei Comunisti, el apoyo a las luchas de los estudiantes medianos, hasta las prácticas desarrolladas en el seno de las valientes experimentaciones sociales, sindicales y políticas que llevan a cabo coherentemente proyectos de ruptura con la subalternidad política y cultural del enemigo de clase.
Creemos que no puede haber un margen de trabajo para un proyecto de cambio radial en esta sociedad, sin la prerrogativa fundacional de una independencia concreta del abigarrado archipiélago de la izquierda que desde hace tiempo ha asumido la función de núcleo duro de la ideología dominante, encarnando y convirtiéndose en autora (tanto en los edificios gubernamentales como en las calles) del proyecto imperialista de la Unión Europea, enmascarando su papel con operaciones de apoyo al frente de batallas progresistas y de derechos civiles, por no hablar del sempiterno llamamiento al frente único antifascista.
En esta dirección, hacemos un llamamiento a todos los que comparten esta necesidad con nosotros para dar un paso adelante juntos.
Es el momento de construir la organización de la juventud comunista a la altura de los retos históricos a los que nos enfrentamos, no por nostalgia, sino con una mirada recta y firme hacia el futuro
Sabemos que nadie nos va a regalar nada y que las relaciones de poder en esta fase están todas por reconstruir, pero creemos que la solución no es esperar a que se den las condiciones perfectas sino, por el contrario, arremangarse y construir una subjetividad organizada capaz de irrumpir plenamente en el proceso histórico de forma no pasiva sino protagonista. Con esta determinación nos ponemos a disposición para iniciar un camino compartido de constitución de la organización juvenil comunista para la redención de una generación traicionada.