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Lorenzo Giustolisi, co-editor del número
Publicamos la introducción del último volumen de la revista del Centro de Estudios Cestes, “Proteo”, cuyo título hace referencia a una célebre fórmula de José Martí: Educarse para ser libre. El número está destinado a la formación de los cuadros sindicales y produce un esfuerzo de análisis que es parte integrante del camino que conducirá al Tercer Congreso Nacional de la USB, que se inicia en estas semanas y terminará inmediatamente después del verano.
Esta revista y el trabajo que la sustenta siempre han tratado de desempeñar un papel dentro del sindicato y del mundo del trabajo. Proporcionar herramientas para analizar, leer e intervenir en el presente, construir un punto de vista avanzado, descifrar las dinámicas y explicar sus causas profundas son los principios rectores de nuestro trabajo.
Durante mucho tiempo, en este país, la realización de un trabajo político y cultural iba de la mano de un sentimiento y un conocimiento colectivo que encontraba en la realidad una brújula para orientar la lucha de clases; ese trabajo tenía referencias claras, y de la realidad extraía estímulos y legitimidad, devolviéndolos en forma de análisis y concepción del mundo. Hoy en día este círculo virtuoso se interrumpe, o al menos no se da por sentado. Los que producen conocimientos, los que elaboran, los que pretenden que la teoría no sea un fin en sí misma sino que esté estrechamente vinculada a la praxis, deben plantearse algunos problemas más, de lo contrario corren el riesgo de hablar al viento, de dejar de tener una función real. Y es que la contraofensiva del capital, desde hace al menos treinta años, es una contraofensiva económica, política, de lucha de clases desde arriba, pero no encuentra en el instrumento cultural su baza -porque incluso su hegemonía está en crisis-, sino ciertamente el elemento que priva a la amplia clase obrera, nuestro bloque social, de conceptos, palabras, ideas y conciencia para creer que la transformación del mundo es posible. Evidentemente, no se trata de un proceso absoluto y definitivo, como demuestra nuestra experiencia de crecimiento y fortalecimiento como organización sindical y como espacio político, pero también tenemos que contar con un deshilachamiento de las categorías básicas de la gramática política y conflictiva. En resumen, debemos ser conscientes de que la herencia no es segura, de que la transmisión no se produce por sí misma, de que hablar con los que son más conscientes o hacer que los que no lo son tomen conciencia no es la menor de las tareas que debemos afrontar. Más adelante diremos cómo pretendemos hacerlo, cómo quiere contribuir este número de Proteo a la tarea.
En primer lugar, en esta introducción, nos gustaría detenernos un momento en el concepto de cultura, entendido por nosotros en términos gramscianos y no en términos de estudio puramente popular y cuantitativo certificado por compatibilidades de sistemas. Hoy en día, incluso dentro de las escuelas y universidades, se ha pasado de la comunicación social, o al menos masiva, a un lenguaje más específico: corporativo y técnico (“crédito” y “deuda educativa”, por ejemplo). Esto se debe a que se intenta mercantilizar el lenguaje utilizado por los estudiantes, transformándolos, siguiendo la lógica del pensamiento único, en verdaderos clientes. Y esto es lo que ya en los años 2000 Alessandro Mazzone, en el libro Comunicación desviada, intentó anticipar y que nosotros (Luciano Vasapollo junto con Rita Martufi) actualizamos de nuevo en 2018 en Comunicación desviada. Gorilas entrenados y estrategias de mando en la nueva cadena de valor. Un tema que remite inevitablemente al pensamiento gramsciano, que ya a principios del siglo XX hablaba de la comunicación y la propaganda fascistas destinadas a “entrenar al gorila”. Hoy en día, en la continuación básica del servilismo de las mentes, debemos conseguir que estos “gorilas”, en lugar de ser adiestrados, busquen su propia identidad, su propio camino, y creen una nueva forma de construir una unidad de clase y de trabajo en la esfera no sólo de la producción directa sino también en la distribución, los servicios, las tecnologías, la ciencia.
A través de la producción de la comunicación, se ensayan nuevas formas de gestionar el control de las mentes, es decir, de construir un tipo de trabajador productiva e ideológicamente subordinado a los intereses del Modo de Producción Capitalista (MPC). Este ataque cultural y mediático forma parte de la crisis global y aumenta la ya grave dimensión del conflicto de clases, del conflicto militar, del conflicto económico, social y medioambiental.
Es necesario, por tanto, la formación de nuevos sujetos de clase en un nuevo bloque social, que en un contexto histórico y político en el que se intenta adoctrinar la cultura y el conocimiento, actúen en nombre de la historia y de la transformación social e intelectual. Es necesario trabajar para excluir el enfoque antidemocrático del pensamiento único del ámbito cultural, pasando a reconsiderar y revalorizar el llamado trabajo mental, con carácter social, reafirmando el valioso y principal papel que siempre ha jugado la cultura popular y de clase, desde la posguerra hasta nuestros días.
Aunque está claro que el MPC ha fracasado en el nivel del conflicto capital-trabajo y capital-medio ambiente, y en la gestión de las contradicciones relacionadas con éste, vemos que sigue ganando terreno a través de una continua comunicación desviada, utilizando herramientas surgidas del desarrollo tecnológico más reciente y que han pasado a formar parte del archivo de “armas capitalistas”. Por ello, el MPC utiliza los medios de comunicación de masas como arma destructiva y distorsionadora del conocimiento, por lo que debemos reapropiarnos de la ciencia, los libros, la historia, la filmografía y el conocimiento popular, para no caer en el olvido de la homologación mainstream.
Esta premisa nos lleva a nuestro volumen. Ahora es más fácil explicar cómo se creó y a quién va dirigido. Nos dijimos que el trabajo de formación debía comenzar internamente, para dotar a una nueva generación de militantes, pero no sólo a ellos, de la famosa caja de herramientas, para ampliar y aumentar el número de sujetos conscientes capaces de traducir el análisis del presente en palabras claras, conceptos comprensibles en el tumulto diario con los compañeros de trabajo que sienten malestar, dificultades, pero que tal vez no pueden ver cómo están en el mismo barco que muchos otros, sin imaginar la posibilidad de superar su propia y maldita historia personal y sentirse parte de algo más grande que puede dar fuerza, organización y perspectiva a lo que puede hacerme sentir mejor.
Hemos pensado en un grupo de formación USB en estrecha correlación y que tienda a coincidir con una “redacción” de Proteo, que recoja lo que en otros ámbitos se llama “necesidades de formación” y produzca, junto con Cestes, la formación adecuada sobre temas generales y específicos.
En la tradición del movimiento obrero esta operación ha tenido un nombre muy preciso, el de “escuela de cuadros”. No debemos tener miedo de pensar en estos términos, pero tampoco debemos ser tan rígidos como para pensar en una fórmula fija que resuelva por sí sola la cuestión. La tarea que nos hemos propuesto es construir una estructura que piense en esta cuestión y asuma plenamente su realización, que pasa, por supuesto, por un reconocimiento sustancial y no sólo formal de todas las organizaciones, en un intercambio fructífero y constructivo de ideas y prácticas.
Está claro que este trabajo no ha nacido hoy, muchos ciclos importantes de formación han atravesado primero el RdB y ahora el USB. Hoy es necesario dar organicidad a ese trabajo, volver a llevarlo a los sindicatos y a los centros de trabajo, abrirlo a una serie de sujetos que, si aún no están preparados o dispuestos a sumarse a nuestro proyecto, están sin embargo a disposición de piezas significativas de la vía común. El mundo de la cultura, del conocimiento, de la producción intelectual tiene cada vez menos libertad de expresión y es cada vez más el reproductor del pensamiento dominante. Hay un segmento que está empezando a darse cuenta de este hecho, y puede encontrar en nosotros un apoyo serio y una solidez organizativa y de planificación que ya no existe en otros lugares.
Yendo aún más lejos en lo concreto, ¿de qué se trata este asunto? Recoge los discursos que han caracterizado el ciclo de formación que ha producido una serie de seminarios en los últimos meses, y que pretendemos reproducir ante un público cada vez más amplio de delegados y activistas, abarcando potencialmente a todos los lectores de estas páginas.
Los cuatro bloques comienzan con la ponencia de Luigi Marinelli, que recorre la historia de la organización en relación con la evolución del marco histórico, que desde finales de los años 70 hasta la actualidad no sólo ha experimentado una evolución, sino que ha tenido que adaptarse y replantearse en verdaderos cambios de fase, cuando no verdaderos saltos históricos; luego la contribución de Rita Martufi sobre la lectura de los datos estructurales y la representación plástica de la crisis de la acumulación de capital; continuando con el tema, central para nosotros, de la Unión Europea y su fortalecimiento, y las consecuentes fracturas que produce en la estructura institucional y en la función del Estado; llegando finalmente a la pieza de Roberto Montanari sobre las transformaciones productivas y el cambio de paradigma que el desarrollo tecnológico y científico está imprimiendo en la organización del trabajo. A estos cuatro bloques se une la contribución de Fabrizio Tomaselli, que relata el asunto de Alitalia y que no es un mero apéndice, sino una especie de síntesis de todas las cuestiones mencionadas anteriormente, como concreción violenta del impacto en un sector estratégico de las dinámicas de transformación que están en el centro de este volumen.
Es obvio que este número no es una enciclopedia del presente, ni pretende serlo, y en particular algunos temas se han dejado fuera por elección, con la intención de dedicarles un enfoque en profundidad muy pronto. Estamos pensando claramente en el tema del trabajo inteligente, que es la forma visible de esta transformación en las relaciones y los métodos de trabajo. Pero también pensamos en la cuestión de la autonomía diferenciada, que podría ser el elemento más perturbador del cambio del marco institucional y de la estructura del Estado. Tenemos la intención de volver a tratar este tema muy pronto.
Mientras tanto, el trabajo de formación continuará, incluso a través de las presentaciones de este volumen, para lo cual reiteramos nuestro tradicional deseo, pero esta vez partiendo de un plan de empuje y planificación más estructurado: que se convierta en un tema de debate entre todos nosotros, que todos podamos sacar ideas y estímulos, que el trabajo de formación y actualización, de crecimiento de nuevos cuadros, no quede relegado a un objetivo accesorio entre las muchas, quizás demasiadas, tareas cotidianas, sino que sea un principio que informe toda la actividad y produzca un crecimiento, de números globales ciertamente, si realmente queremos ser “masa”, pero también de temas que el peso numérico adquirido sea capaz de convertir en organización, conflicto y avance real para la sociedad.